Huella de carbono y millas de alimentos


Los alimentos son uno de los productos más transportados en un mundo globalizado. En Estados Unidos viajan una media de 1300-2000 millas (2100-3200 km) para llegar al consumidor (1). Las emisiones procedentes del transporte son, por tanto, un elemento más del conjunto de emisiones que compone la huella de carbono de un producto.
La generalización de la idea de que los alimentos a consumir cuando son producidos a nivel local tienen una menor huella de carbono ha propiciado durante dos décadas importantes debates y ha dado lugar a términos como el de “millas de alimentos”(2) y campañas de compras locales(3). Sin embargo, numerosos trabajos científicos demuestran que la eficiencia en términos de CO2 equivalente en algunas de las etapas que componen la cadena de suministro de un producto procedente de otro país puede ser mucho más importante y compensar con creces las emisiones asociadas con la etapa de transporte, sobre todo si el modo de transporte utilizado no es el avión.
Un trabajo destacado, en el que se recopilan numerosos trabajos científicos, en este sentido es “etiquetado de carbono en la exportación de los países con ingresos bajos: exposición de problemas”, realizado por Paul Brenton, Gareth Edwards-Jones, Michael Friis Jensen (4).
Un ejemplo que se señala en la Guía de las Naciones Unidas para la neutralidad climática son los tomates cultivados en España que se transportaban al Reino Unido, para los que se demostró que podrían tener una huella de carbono menor que los tomates cultivados en el mismo Reino Unido, debido a la energía que se requiere para calentar los invernaderos de este país (1).
Con independencia de la distancia, el elemento fundamental es el modo de transporte. Uno de los trabajos más recientes es el realizado por el Instituto de Investigaciones Agropecuarias de Chile: “Huella de carbono en productos de exportación agropecuarios de Chile” (5). Este trabajo señala que la contribución a la huella de carbono del transporte marítimo entre países es relativamente baja, pero se transforma en el apartado más destacado de la huella cuando el transporte es aéreo (6).
El transporte puede tener un mayor peso en la huella de carbono, la cadena de suministro de frutas frescas y hortalizas y, en general, productos agrícolas que requieren poca transformación (7, 8, 9). El total de emisiones para dar lugar a los productos agrícolas es considerablemente bajo, así que por definición el transporte será una parte destacada (10), siendo necesario afianzar alternativas al transporte por carretera como el ferrocarril o las autopistas del mar. En cambio, en productos sometidos a procesamiento y refrigeración, como por ejemplo los productos lácteos, el transporte será una parte muy pequeña de las emisiones totales de la cadena de suministros.


(1) GRUPO GERENCIAL DE MEDIO AMBIENTE DE LAS NACIONES UNIDAS.: Guía de las Naciones Unidas para la neutralidad climática, PENUMA, 2008, pág 106.

(2)Tim Lang, profesor de política alimentaria de la City University en Londres, introdujo el término en 1991

(3) La segunda cadena de supermercados más grande de Suiza identificó con el símbolo de un avión los productos que habían viajado en este medio de transporte, con la intención de concienciar a los consumidores acerca de las emisiones de CO2 que dicho transporte implica.

(4) Paul Brenton, Gareth Edwards-Jones, Michael Friis Jensen.: Carbon Labelling and low-income Country Exports: A Review of the Development Issues. Development Policy Review, 2009, 27 (3): 243-267

(5) González Martineaux, S y Tapia Flores, F.: Huella de carbono en productos de exportación agropecuarios de Chile, Instituto de Investigaciones Agropecuarias, Santiago – Chile, mayo, 2010, pág 11

(6)Tanto en términos relativos como absolutos, el aporte a la huella de carbono del transporte por mar, desde Chile, fluctuó entre 0,10 y 0,20 Kg CO2e por unidad funcional si el destino fue Norteamérica; entre 0,14 y 0,20 Kg CO2e por unidad funcional si el destino fue Europa, pero la contribución a la huella de carbono de los productos transportados por vía aérea excedió los 5 kg CO2e por unidad funcional.

(7) VICTORIA JUMILLA, F.: Eco-responsibility Initiative: “Murcian Agriculture as a CO2 Sink”. LessCO2 label, en Conference Presentantion “Murcian Agriculture as a CO2 Sink”. Berlín, 2010. Disponible en: www.lessco2.es

(8) VICTORIA JUMILLA F et al.: “Balance de carbono en cultivos de agricultura intensiva”, en Etiquetado de carbono en las explotaciones y productos agrícolas. La iniciativa agricultura murciana como sumidero de CO2. Consejería de Agricultura, Murcia, diciembre de 2010.

(9) VICTORIA JUMILLA, F., COSTA GÓMEZ, I y CASTRO CORBALÁN, T.: El etiquetado de carbono de los productos agrícolas para valorar los beneficios ambientales de la agricultura, en CONAMA, 2010.

(10) Si toda la producción de una hectárea de frutas u hortalizas se traslada por carretera a 2.000 kilómetros de distancia el transporte puede suponer entre el 30 y el 40% de la huella de carbono.

Entradas relacionadas :

0 comentarios:

Publicar un comentario

 
Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.